José Manuel López Vilariño fue elegido el pasado junio como presidente de BIOGA, el Clúster Tecnológico Empresarial de las Ciencias de la Vida de Galicia, creado en 2010. Tras varios años en la vicepresidencia sucede ahora a Carme Pampín al frente de un sector cada vez más fuerte en Galicia.

“La Biotecnología gallega está prácticamente creciendo del orden de un 50% cada tres o cuatro años”, declara José Manuel López Vilariño, el nuevo presidente del Clúster Tecnolóxico Empresarial das Ciencias da Vida (BIOGA), en una entrevista con el periódico La Región. En esta entrevista, José Manuel detalla sus experiencias y opiniones sobre el sector biotecnológico gallego:

Se estrenó en el cargo en junio, pero la institución no le es desconocida. ¿Qué balance hace de los primeros meses?

«Los primeros meses son sobre todo de ilusión, porque representar a este clúster, que aúna a un grupo de personas y equipos de trabajo excepcionalmente buenos, es una satisfacción personal enorme. Además, ver que muchos de los asociados valoran positivamente el hecho de que sea el nuevo presidente, es una gran alegría. Aunque ya venía de ser vicepresidente, en este cargo tienes más cercanía con el entorno y descubres lo bien valorado que está el clúster, a nivel autonómico y nacional. Y eso no deja de hablar muy bien del trabajo que se ha venido realizando durante muchos años.»

El propio sector biotecnológico gallego también goza de muy buena salud.

«Sí, la verdad es que sí. El gallego y a nivel global. Ahora mismo el sector de la biotecnología está claramente en expansión. El covid ha ayudado a que se conozca un poco más su importancia. Determinados grupos de inversión y determinado entorno le han dado más valor a un sector que tiene el gran problema de que es muy difícil entender lo que hace. El trabajo que se hace es de alto valor añadido, pero tiene mucha complejidad técnica y eso en ocasiones dificulta poder transmitir a los medios en general la importancia de los desarrollos que se están haciendo. Sí que es cierto que en los últimos años está creciendo muchísimo, pero el horizonte que se presenta por delante es muchísimo más prometedor.»

¿Cómo es el crecimiento en Galicia?

«Es enorme. Estamos prácticamente creciendo del orden de un 50% cada tres o cuatro años, tanto en número de socios como en presupuesto de las empresas del sector. Pero sobre todo, más allá de las cifras, es muy importante que las empresas que se crean en Galicia se están consiguiendo asentar y tenemos un índice de fracaso en pequeñas startups relativamente bajo para la complejidad y la dificultad que conllevan estas estas líneas de negocio. Lo cual es importantísimo porque al final en ese sector depende mucho del capital riesgo y de los inversores.»

«El hecho de que en Galicia estemos consiguiendo generar un entorno con apoyo institucional y del clúster a todas estas pequeñas iniciativas para que no fracasen en los primeros momentos está facilitando que lleguen a una etapa de cierta maduración y puedan empezar a crecer. Creo que ese es el principal éxito que está teniendo tanto el clúster con los socios, como el sector en líneas generales.»

Con la llegada del nuevo curso, ¿qué proyectos asoman?

«Ahora mismo, el Biopolo da Sionlla es un proyecto súper interesante para el sector que va a beneficiar a muchísimas empresas en su fase inicial. Es bastante probable que en pocos años ya tengan que pensar en cómo ampliar, porque hay muchísimo interés en asentarse allí y seguro que va a ser un éxito.

Hemos estado en el congreso BioSpain, el más importante de España y de los más importantes de Europa, con una presencia récord de representantes de Galicia, lo cual también habla muy bien del sector. Este curso es el gran objetivo que nos hemos planteado es conseguir dar ese salto para empezar a internacionalizar el clúster y facilitar que las empresas puedan venir apoyadas por el trabajo del  equipo y facilitarles la posibilidad de generar negocio fuera de España.

En el marco de esa internacionalización nos han concedido recientemente el proyecto europeo IberoBio con socios españoles y de Portugal, y también estamos colaborando con diferentes clúster de Europa para participar en redes internacionales. En el fondo todo está sobre la misma idea. Nosotros lo que buscamos como clúster es darnos a conocer a nivel europeo, para que así el día de mañana las empresas socias puedan realizar contactos con mucha facilidad.

Porque entre las pequeñas empresas poder hacer una acción internacional resulta muy costoso pero a nivel de clúster es más fácil abordarlo. De puertas para adentro también nos interesa muchísimo a todas las empresas la retención y captación de talento. Ahora mismo somos un sector muy intensivo en conocimiento y realmente necesitamos personal altamente cualificado. Llevamos una serie de años detectando esto y tenemos varios programas para facilitar la empleabilidad de jóvenes licenciados y de FP Dual, que están funcionando muy bien y fijando a mucho del personal que participa.»

Una de las claves de la innovación es esa sinergia entre instituciones y empresas.

«Sí y yo creo que es el gran éxito que ha tenido BIOGA en todos estos años. La colaboración es enorme. Las asambleas o cada vez que organizamos un evento, la participación es masiva y eso es porque realmente sacan algo en limpio de estas reuniones.

Todos tenemos muchísimo trabajo y nos cuesta esfuerzo sacar tiempo para poder asistir. Cuando la gente lo hace es porque realmente ve que está obteniendo un rendimiento positivo. Y esto es porque en ellas todo el mundo tiene generosidad y es muy fácil generar corros de representantes de empresas que plantean problemáticas y la colaboración entre ellos es enorme. Al mismo tiempo nos las transmiten a nosotros y nos facilita enterarnos más de las necesidades del sector para buscar soluciones. No es solamente una cuestión de colaboración empresa, universidad o centro tecnológico, sino que realmente es muy fácil plantear un problema y que alguien te lo pueda solucionar bien. Y de ahí salen proyectos de investigación y colaboraciones a más largo plazo.»

Y como telón de fondo está la Estrategia de Consolidación de la Biotecnología Gallega. ¿En qué punto se encuentra?

«Desde hace años estamos trabajando con la Axencia Galega de Innovación y es muy de agradecer su colaboración. En este sector hay que trabajar siempre a medio largo plazo. Ahora mismo estamos en el ecuador y la verdad es que tanto los indicadores como la percepción general de esta colaboración están siendo muy buenos.

Estando en la mitad, ya hay ciertos indicadores en los que hemos sobrepasado el objetivo previsto para el final de la estrategia, lo cual denota que el comportamiento del sector está por encima de las expectativas generadas. Y eso pese a que eran objetivos relativamente ambiciosos. La colaboración con GAIN (Axencia Galega de Innovación) ha fructificado en un convenio que ha finalizado este año y ya estamos trabajando para su renovación. En estas estrategias muchas veces se habla de indicadores, que son importantes porque te permiten analizar determinados resultados que de otra manera sería muy difícil extrapolar.

Más allá de eso, también es muy importante ver cómo en estas colaboraciones entre empresas, universidades o centros tecnológicos, se aprecia que el sector está madurando, que el nivel medio de conocimiento, de complejidad y de problemas que abordan las empresas va creciendo notablemente. Las empresas cada vez abordan problemas más complejos, están trabajando en técnicas de mayor valor añadido y eso está permitiendo conseguir asentar un conocimiento, que es lo que nos acompaña a decir que el futuro aún es más prometedor.»

¿Y por dónde pasa ese futuro?

«Desde nuestro punto de vista pasa por dos cosas. La primera de ellas es que seamos capaces de hacer entender a otros sectores que el apoyo de la biotecnología puede ser clave para sus desarrollos. Ahora mismo está muy asociada al ámbito de la biomedicina, pero nosotros sabemos que tiene muchísimo potencial para apoyar a otros sectores como el agroalimentario o el medioambiental, de tal manera que haya más empresas que se vean beneficiadas de los avances.

No siempre es fácil, porque se trabaja en ámbitos relativamente complejos, pero sí que creo que en el momento en que las empresas empiecen a apostar por un mayor valor añadido, van a buscar estas tecnologías facilitadoras como la biotecnología para ayudarles. De esa forma el sector crecerá y ayudará a crecer a otros sectores, como puede ser el primario. Aparte de la internacionalización como gran reto. La mejor forma de conseguir asentar el futuro es que en este proceso que tenemos de maduración del sector.»

En su caso, aparte de BIOGA, también desarrolla su actividad profesional en la I+D. ¿Cómo la ve desde el panorama innovador gallego?

«Podría estar mejor, por supuesto, pero está mejor de lo que se cree. Hace falta inversión, pero sobre todo hace falta que se crea más en I+D. Son cosas que tienen que venir una a colación de la otra. Para conseguir realmente resultados de I+D hace falta un mínimo de inversión, por debajo de eso es muy difícil. Por suerte, está empezando a cambiar.»

Noticia original: Entrevista con el presidente de BIOGA, José Manuel López Vilariño – periódico La Región (30/09/2023).