
iCODA gestiona el proceso de codigestión anaerobia para abaratar costes, aumentar los desechos procesados y generar más biogás. La start up pone en el mercado el resultado de veinte años de investigación.
Se puede obtener rendimiento de los residuos? Sí. Se puede. Y se puede obtener más de lo que hasta ahora se está consiguiendo. Lo demuestra iCODA, una start up de la Universidade de Santiago que pone en el mercado el resultado de veinte años de investigación del grupo de Enxeñaría Ambiental sobre un proceso que era poco eficiente y que adolecía de falta de control. Esa amplia actividad científica ha culminado en Optiblender, un sistema de control de los procesos de digestión anaerobia que permite avanzar en la economía circular, abaratar costes, aumentar la cantidad de desechos que se procesan y maximizar la producción de biogás para aprovechamiento energético.
¿Qué es la digestión anaerobia? Es un proceso biológico por el que una serie de microorganismos se comen los desechos y los transforman en biogás. Ese biogás está compuesto en un 60 % por metano, del que se puede hacer una valorización energética.
Lo cierto es que en España es más abundante la monodigestión, es decir, la gestión de un único tipo de residuo, como los fangos de las depuradoras que la codigestión, un sistema que aumenta la eficiencia al combinar la gestión de distintos tipos de residuos, como puede ser fangos de depuradoras y residuos de la industria alimentaria o la parte orgánica de los sólidos urbanos.
En esta codigestión es en lo que está centrada iCODA y lo hace aportando un sistema de control continuo que mejora el proceso de prueba y error que en ocasiones se realiza en las plantas que utilizan este sistema de procesamiento de sus desechos. Porque el equilibrio en este proceso biológico es frágil, y la introducción de demasiados residuos puede afectar a los microorganismos que se encargan de la digestión.
La receta óptima
El sistema de control de iCODA que ha sido testado en una depuradora y en una industria láctea toma una serie de medidas para diseñar una especie de receta, la mezcla óptima de residuos que además se va actualizando en tiempo real, ya que la proporción se modifica porque la digestión es un proceso biológico. Así que si un día la evaluación establece un 20 % de residuo A, un 30 % del B y un 50 % del C, puede que al cabo de dos semanas haya que modificar esa receta óptima para que la producción de biogás siga incrementándose. La clave, al final, es mantener la estabilidad del sistema para que sea más eficiente.
Europa marca que solo un 10 % de residuos vayan a vertedero en el año 2035
iCODA quiere facilitar la introducción de la codigestión anaerobia en España, un país donde esta técnica no acaba de coger impulso. Según los datos que maneja iCODA, hay unas 40 instalaciones de codigestión en España. Centrándose en el ámbito de la depuración de aguas, existen unas 150 que cuentan con la infraestructura necesaria, es decir, tienen digestores, pero tan solo una decena realizan codigestión anaerobia. Mientras, en otros países la utilización de este sistema ya está mucho más extendida. En el caso de Alemania, punta de lanza de la codigestión, existen unas 11.000 plantas, mientras que en otros países europeos la cifra ya alcanza las mil.
La implantación de nuevos sistemas más eficientes de gestión de residuos empieza a ser urgente, porque la Unión Europea ha establecido que en el año 2035 tan solo un 10 % de los residuos acaben en un vertedero. En la actualidad, la tasa de España se sitúa en el 60 %.
Proceso escalado
Lo cierto es que el cambio en la gestión de residuos no se puede dar de un día para otro porque no se pueden desviar de repente los residuos que hoy se almacenan en los vertederos directamente a otras vías, si no que se hace necesario ir poniendo en marcha alternativas de manera escalada para dar pasos hacia la conocida como economía circular.
Mercados, La Voz de Galicia (28/10/2018).